Hace
muchos días que no veo a Hawa. Y ahora que lo pienso, tampoco he visto a su
madre. Sé que no se han mudado de piso porque sigo viendo a su padre y sus dos
hermanos.
Hawa
es muy risueña. Ella nació aquí, es catalana, pero sus padres son de Somalia.
Solo se eso. Son poco habladores y tienen esa mirada de desconfianza del que se
siente un sin nombre en una tierra que no es la suya. Como si la tierra tuviese
dueño...
Pero
Hawa es diferente a ellos, es parlanchina y sus ojos se abren al mundo, sea
cual sea. Y su sonrisa es tan conciliadora, a pesar de su corta edad, solo
tiene seis años...de repente un escalofrío me recorre el cuerpo... Pero no, no,
seguro que no, es imposible. En Catalunya hace muchos años que esa práctica es
delito y se castiga penalmente.
Pero,
¿y si nadie se entera?¿y si nadie ha pensado en Hawa?¿y si, hasta yo misma no
he sabido ver lo que tenía delante de mis ojos?
Hoy
he visto a Hawa de nuevo. Sus ojos ya no miran, tan solo ven...están
tristes...y ya no sonríe. Por casualidad escucho a su madre decir que han
viajado a Somalia unos días.
El
dolor se clava en mi garganta como un cuchillo impidiéndome articular ninguna
palabra. Tan sólo un pensamiento y un ruego:
Perdóname
Hawa.
FIN
NOTA DE LA IMAGEN:
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